Como entomólogo vivía refugiado en mi laboratorio. Allí diseccioné y catalogué insectos de todo el mundo. Hace cuatro días, cubierto de barro, llegó el último. Lo miré detenidamente y vi que tenía rostro. Era mi rostro. Para peor me miró y me preguntó si conocía un buen abogado. Negué y se presentó como el letrado Muñoz, dispuesto a representarme. Me informó que había violado no sé qué ley entre los insectos. Me catalogaban como genocida. Dije que yo no mataba insectos: los estudiaba ya muertos. Eso no importaba. Ellos me consideraban el autor intelectual de cientos de muertes.
Para probar mi inocencia armé la mochila, volé a la selva y enfrenté al tribunal. El juicio fue breve. El fiscal me acusó. Mi abogado es un inútil y sólo buscaba fama. Un escorpión será el verdugo. No tendría que haber confiado en un bicho con la cara de un genocida.
Para probar mi inocencia armé la mochila, volé a la selva y enfrenté al tribunal. El juicio fue breve. El fiscal me acusó. Mi abogado es un inútil y sólo buscaba fama. Un escorpión será el verdugo. No tendría que haber confiado en un bicho con la cara de un genocida.
Este texto esta publicado en COMA
Uno de esos que me gustaría usar como guión para un videoclip!
ResponderEliminarMuy loco este microo!!! Me gusta, tiene argumento pero el tema es abierto..!
ResponderEliminarLuis
"Y eso que sangra en tu corazón, confiá, también hará feliz" Fito Parez
ResponderEliminarbuen micro!
L.
me encantó, te lo dice una escorpiona con amor........
ResponderEliminarestá buenísimo!
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